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Tuesday, 2 October 2018

Las segundas oportunidades siempre fueron buenas.

Más de uno nos acordamos de aquellos compañeros de instituto que se quedaron atrás, que dejaron las clases porque "estudiar no era lo suyo". Igual no es que no tenían la capacidad suficiente como para aprenderse todo el libro de historia, sino que necesitaban otro tipo de enseñanza, de apoyo. Muchos de esos estudiantes puede que tuviesen problemas a nivel personal que influían en sus estudios, y que finalmente les hizo darlo todo por perdido. 

Ante esta situación de abandono escolar nacen las Escuelas de Segunda Oportunidad o E2O, que apuestan por esos jóvenes a los que se les dijo que no valían y no tenían remedio. Actualmente hay 28 E2O acreditadas repartidas por diferentes municipios españoles encargadas de formar, no solo a nivel académico, sino en un plano más humano, más personal. Un ejemplo de este tipo de centros es el de la Fundación Tomillo (Madrid), cuyos profesionales ponen en común sus objetivos para ir más allá de lo académico y dar una segunda oportunidad a estos jóvenes.



Estos centros se proponen dar el lugar que le corresponde a la equidad en la educación, ayudando a jóvenes cuya situación social no es favorable y convirtiéndolos en potenciales trabajadores.

Bajo mi punto de vista, el factor primordial que logra marcar la diferencia es la orientación y el seguimiento pedagógico que ofrecen los profesores; ellos "ayudan y encaminan" en cuanto al empleo y la formación.Como se muestra en este documental de rtve, la preocupación que el cuerpo docente muestra por cada uno de los estudiantes no tiene igual. Las innumerables tutorías, los consejos y el apoyo personalizado son pilares fundamentales para asegurar el éxito del proceso. No solo hablamos de reuniones con los profesores que les asesoran académica o laboralmente, sino que el estudiante ve cómo el profesor intenta comprender su situación personal y guiarle hacia un futuro más próspero, incluso se desplazan a las viviendas si el estudiante está faltando a clase para prevenir un nuevo abandono escolar. Los docentes se preocupan y no se rinden aunque las situaciones que se les presentan no sean favorables; son parte activa, y me atrevería a decir fundamental, de la vida de los alumnos. La prueba está en que más de un joven afirma en alguna ocasión que si hubiesen recibido esa atención y apoyo en sus anteriores institutos, tendrían su título de ESO y no les hubiera hecho falta una segunda oportunidad, porque la primera hubiera sido de calidad.

Los involucrados en esta clase de proyectos realmente creen en la enseñanza, en la importancia de inculcar buenos valores sin dedicarse exclusivamente a los conocimientos que les marca el currículo. A fin de cuentas, a veces solo necesitamos a alguien que crea en nosotros para triunfar.


El entorno influye, pero no dejemos que defina.




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