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Wednesday 3 October 2018

Maestro y discípulo.

Primaria, Secundaria, Bachillerato, terminas el Grado que llevabas queriendo hacer toda la vida, cursas un Máster en Educación Secundaria, apruebas las Oposiciones y... ¿ya? 



¿Podemos imaginar a un informático que se hubiera quedado en el Windows Vista y ni siquiera hubiera oído hablar de la versión Windows 10? ¿A un médico que no conociese las enfermedades descubiertas en los últimos años? Difícilmente, por no decir imposible. Entonces, ¿por qué hay profesores que llevan años sin "actualizarse"? Los tiempos cambian, la sociedad avanza, y siempre hay algo nuevo que aprender. Enseñar es sinónimo de seguir aprendiendo.



No quiero generalizar y decir que todos los profesores españoles san así, acomodados en su puesto de trabajo fijo tras haber perdido su vocación y el interés por seguir enseñando, porque no lo creo. Confío en que hay docentes que luchan por una educación de calidad y dan lo mejor de sí en las aulas, formándose día a día. Ahora bien, es impensable exigir a los profesores que sepan absolutamente todo, pero sí que tienen que reconocerlo e informarse para resolver las dudas que no pudo en un momento concreto. 

Ahora bien, debería ser el propio Gobierno quien forzase esa continuación del aprendizaje del profesorado, en centros como el INTEF (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado). Como consecuencia directa de la adquisición de nuevos conocimientos cabe pensar que, al igual que se evalúa a los alumnos, debería evaluarse a los docentes, para asegurarse de que esa formación ha sido aprovechada de forma eficaz. 

Este tema de la formación continua ya lo propuso José Antonio Marina en su Libro blanco de la profesión docente y su entorno escolar. En su novena propuesta argumenta:

"Los Centros Superiores de Formación del profesorado, deberían encargarse de la formación inicial y de la formación continua de los docentes, parte de la cual tendría que impartirse en los propios Centros educativos, para fomentar la formación conjunta de todo el claustro. Asumirían, pues, las funciones de los actuales Centros de Formación del Profesorado. También consideramos importante que se ocupen de ayudar a la puesta en marcha de Proyectos Transformadores de Centro, de acuerdo con lo que explicamos en la tercera parte de este estudio. Se debería buscar la colaboración con entidades de reconocido prestigio tanto públicas como privadas, españolas y extranjeras, para mejorar la formación a todos los niveles. Proponemos que se introduzca un número de horas obligatorio de formación presencial. En los países de gran nivel educativo pueden llegar a 100 horas anuales. También se debería fomentar la formación de alta calidad mediante estancias en el extranjero, y favorecer la investigación a partir de la práctica docente, facilitando la elaboración de tesis doctorales a partir de experiencias de aula (65-66)."
 Así es como yo me imagino un docente ideal: formado, en constante crecimiento académico y personal, con una mente abierta y abierto a diferentes culturas; maestro y a la vez discípulo. Y es que al hablar de educación no nos podemos olvidar del rol del profesor; cuanto más cualificados estén los docentes, de mayor calidad será el proceso educativo. 

En palabras de John Cotton Dana, "quien se atreve a enseñar, nunca debe dejar de aprender".

1 comment:

  1. ¡Hola, Marta! En primer lugar, me encanta tu blog, Fleetwood Mac es un grupo que me chifla, y cuando vi que tenías puesta su música, pues tenía que entrar, ¡qué le voy a hacer! Aparte de la cuidadísima presentación de tu blog, me parece que tratas los temas con mucho esfuerzo y profesionalidad a la vez. A pesar de que presentas bastantes contenidos, los organizas de manera sencilla y clara. ¡Enhorabuena por tu blog!

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