Siempre nos han dicho que aprendamos inglés, que saber una segunda lengua nos abrirá más puertas, que es una gran ventaja. Los 3 años suele ser la edad en la que los españoles entramos en contacto con este idioma, y hasta los 16 lo cursamos obligatoriamente en Educación Secundaria. Pongamos que son unos 10 años de media aprendiendo este idioma, cualquiera daría por hecho que terminamos la educación obligatoria siendo casi bilingües. Nada más lejos de la realidad.
La verdad es que España está entre los países con nivel más bajo de inglés; entonces, algo no se está haciendo bien. El consejo de Ministros propuso en los Objetivos de la Educación para la década 2010-2020 (Plan de acción 2010-2011) una serie de medidas para fomentar y mejorar el plurilingüismo en nuestro país; de todas formas, algunos de los puntos que se tratan no parecen resolver los problemas que, como estudiantes, percibimos como evidentes. Por eso, a continuación propongo 5 propuestas que abordan de lleno los puntos débiles de la enseñanza del inglés:
1. Aumentar la dotación para programas de intercambio y Erasmus.
Yo tuve la suerte de disfrutar una beca Erasmus en Leicester (Inglaterra). Me sumergí en una cultura que difería bastante de la mía y me obligaba a expresarme en inglés las 24 horas del día, y es que no hay nada como salir de tu país, de tu zona de confort, para mejorar en un idioma. Te empapas de la cultura, afinas el oído, mejoras tu pronunciación... pero este "privilegio" queda reservado a personas con un sólido colchón económico que les permita mejorar en su aprendizaje. Un aumento en las becas (tanto en su número como en su dotación económica) acercaría esa oportunidad a muchos estudiantes que no pueden vivir esa experiencia de aprender en el extranjero, lo cual, sin duda, te hace crecer no solo intelectualmente, sino como persona.
2. Exigir formación de profesores nativos que vengan a escuelas españolas.
Este tema parece suscitar cierta controversia. Los padres parecen estar a la caza de profesores nativos que enseñen a sus hijos el idioma, porque nadie va a enseñar mejor inglés a su hijo que una persona que lo lleva hablando desde que nació. Qué error tan grande y, por desgracia, tan extendido en nuestra sociedad. Saber algo no te capacita para enseñarlo; si fuera así todos podríamos ser docentes, sería una pérdida de tiempo formarte en educación. Y con esto no estoy diciendo que sea un error que nativos enseñen su idioma, digo que una persona natural de Reino Unido sin formación no va a enseñar mejor inglés a un estudiante que un español formado en la enseñanza de esta lengua. Dejemos de menospreciar la trayectoria y la validez de profesionales que se han preparado para enseñar, con todo lo que esta palabra conlleva.
3. Promover el intercambio de profesores/lectores en el extranjero.
Relacionado con el punto anterior encontramos el papel de los lectores. Aunque estas personas no tengan una formación acreditada en la enseñanza de idiomas pueden, y sería favorable, que apoyasen el aprendizaje de los alumnos con aspectos de pronunciación, vocabulario específico, frases hechas, etc. Pero la figura del lector inglés en las clases españolas es casi inexistente. La mayoría de nosotros no ha contado con esa figura en su vida académica, con todos los beneficios que supondría para nuestra educación. Toda ayuda es poca cuando se trata de educar.
4. Replantear el currículo tanto de Primaria como de Secundaria en cuanto a la asignatura de inglés, enfocándose en aspectos orales y prácticos.
Durante esos años en los que nos enseñan esta segunda lengua no se tratan todos los aspectos que debería acarrear aprender un idioma y, además, los contenidos se solapan curso tras curso.
Mientras que la gramática parece ser el centro de la enseñanza, el plano oral queda en un segundo plano. Los niños no aprenden a pronunciar correctamente, y esto debería ser esencial, porque el inglés tiene sonidos que no existen en español y son necesarios para aprender correctamente. Esta falta de preocupación por el ámbito oral hace que los alumnos vean como algo normal pronunciar mal, llegando hasta el punto de sentir vergüenza por hacerlo correctamente delante de la clase por las burlas de sus compañeros. Parece irreal que se burlen de alguien por hacer las cosas bien, pero así es.
Además de formar únicamente en la parte gramatical, los contenidos se repiten año tras año; así el Present Simple se da en sexto de Primaria y se sigue trabajando hasta segundo de Bachillerato. Algo falla. Es como si aprendiésemos a sumar con 11 años y seguiríamos haciéndolo hasta los 18 (y sin saber hacerlo bien en muchos casos). Se debería avanzar en la enseñanza, promover una educación de calidad, no mediocre. Tenemos tiempo y recursos.
5. Fomentar el aprendizaje de inglés ofrecido a los estudiantes fuera de su programa de estudios.
Hay que tener en cuenta que todos los alumnos no tienen las mismas capacidades y pueden tardar más en adaptarse al ritmo de la clase, no es algo que se pueda ignorar. Seguro que más de uno conoce a alguien a quien no se le daban bien las matemáticas o la lengua y recibía clases de apoyo en cualquiera de estas dos materias que se consideran como esenciales. ¿Por qué esta ayuda no se extiende a otras asignaturas? Sería una buena idea reforzar el aprendizaje del segundo idioma a los alumnos que lo necesiten para que puedan seguir las clases, al igual que pasa con esas dos asignaturas "troncales", evitando así la frustración que provoca el no entender.
Pensad un momento en vuestra experiencia personal, en vuestras clases de inglés. ¿Qué os ha faltado? ¿Qué os habría hecho falta para sentiros seguros de vosotros mismos al hablar en inglés en público? Tenemos que dejar de tener miedo a los cambios, solo así podremos acabar con ese famoso "nivel medio" que tantos españoles hacen constar en su currículum.