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Saturday, 13 October 2018

La participación a debate

Cuando pensamos en una clase se nos viene a la mente algo aburrido. Las horas de las materias que se nos hacían eternas y que nos hacían estar pendientes del reloj, esperando que la aguja llegase a menos cinco para que el timbre nos librase de aquel "sufrimiento". Y es que, es así; muchas de las clases que se imparten en Secundaria son tediosas y no incitan al alumno a tener curiosidad o ganas de aprender la materia. Además de idear una nueva metodología entorno a la cual plantear la clases, un aspecto fundamental sería captar la atención de los alumnos. Y mucho os preguntaréis cómo se puede lograr esto. La respuesta está a nuestro alcance y es la participación. 




Motivar a los alumnos para que formen parte del proceso educativo es algo que todo docente debería saber hacer. La simple escucha de la asignatura no puede ser suficiente para mantener la expectación del educando durante toda la hora. Es más, muchos estudios realizados que centran su investigación en la memoria, llegan a la conclusión de que lo que se repite en voz alta, y también se hace, tiene más posibilidades de ser recordado a largo plazo. Por ello, si solo oyen algo, pero no son capaces de trabajarlo, no van a asimilar los conceptos tan profundamente como deberían. 

Hay muchas maneras de fomentar la participación del alumnado en la clase, desde realizar preguntas hasta proponer juegos o debates relacionados con la materia. No debemos olvidar que la enseñanza no está reñida con la diversión. Por poner un ejemplo que pueda ir ligado a mi especialidad, propongo a continuación ideas para propiciar la participación en una clase de inglés:


  • Si el centro cuenta con una buena red de TICs, una buena propuesta sería preparar un test en Kahhot y dividir a la clase en grupos. A través de esta aplicación pueden divertirse y poner a prueba sus conocimientos al mismo tiempo. En este caso la participación de la clase está asegurada, ya que al presentar la materia en forma de juego los alumnos son más propensos a poner de su parte. Si no se disponen de medios electrónicos, un concurso en el que gane el equipo que más rápido conteste o resuelva más preguntas sería igual de válido y efectivo.

  • Otra actividad que me parece estupenda para lograr que la clase esté motivada y participativa es la del "objeto misterioso". Para este juego la clase ha de estar dividida nuevamente en grupos. Un miembro de cada equipo tendrá 30 segundos para ver la imagen que le enseñe el profesor y tendrá que describirla a su grupo en inglés. El objetivo es que el equipo recree con la mayor precisión posible dicha imagen.

Aunque la participación más evidente sea la del alumno en clase, no nos podemos olvidar del papel que las familias deberían de ocupar en el centro. La administración debería plantear medidas para involucrar a los familiares directos del alumnado para que formen parte de la vida académica de sus hijos, ya sea asistiendo a reuniones o tutorías para trabajar en una educación cooperativa con el profesor, o bien formando parte de asociaciones como la AMPA que permitan a los padres de los matriculados participar de forma activa en las decisiones del centro.

Pero, como siempre, esto no depende de una única persona; hemos de ser todos los involucrados a cualquier nivel en el proceso educativo los que tomemos decisiones y propiciemos un cambio a mejor.

1 comment:

  1. Me ha encantado como has abordado el tema de la participación y la motivación en los estudiantes. Últimamente, parece que los medios lo tratan desde el punto de que son los alumnos los únicos responsables de su propia actitud en las aulas, que tienden a dividir su mundo en un "me gusta" o "no me gusta" y en función de ello se involucran o no.

    Pero en esto el propio sistema tiene su responsabilidad, tanto en el plano económico como en el educativo. En el primer plano, las propias autoridades elevan los criterios de evaluación y las competencias que tienen que desarrollar los adolescentes para poder alcanzar una posición socio-económica a la que sus padres pudieron acceder con menores exigencias. En el segundo plano, la metodología educativa continua estancada en tiempos pasados que nada tienen que ver con las posibilidades tecnológicas que los alumnos demandan en la actualidad.

    El éxito educativo es una responsabilidad compartida entre familia y escuela a la que debe prestarse gran atención, más aún conociendo los efectos académicos y afectivos que tienen. Es nuestra labor como futuros docentes fomentar la participación del alumnado y tratar de llegar nuestros conocimientos de nuevas formas. Tu segunda actividad práctica me ha parecido especialmente amena para conseguirlo. De haberlo intentado, estoy segura de que mis profesores de inglés, fieles seguidores de la moda casete, hubiesen sacado mucho más de nosotros que monosílabos y silencios incómodos.

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